La Basílica Menor Nuestra Señora de la Monserrate en Hormigueros (Puerto Rico) honora a la Santísima Virgen cuya devoción en este pueblo pequeño en tamaño, pero inmenso en corazón nació en el calor de la fe al ser bendecido con Su visita, que le ha dado renombre a través de todo el mundo.
La devoción a la Virgen de la Monserrate comenzó a finales del siglo XVI.
Cuenta la leyenda que la iglesia, hoy basílica y santuario, se construyó para celebrar la intercesión de Nuestra Señora de la Monserrate al salvarle la vida a el jíbaro campesino Giraldo González en el 1590. Un segundo milagro se le atribuye a la Virgen de la Monserrate al cuidar por el bienestar de la nieta del mismo campesino, la cual anduvo perdida en el bosque por 15 días.
En agradecimiento a los favores recibidos Giraldo González construyó en el tope de esa colina una pequeña ermita en adobe, como Santuario a la Virgen de la Monserrate.
Años después Giraldo González enviudó y se hizo sacerdote y como capellán cuidó el Santuario por el resto de sus días.
Tan grande ha sido el fervor y la devoción de las personas que asisten a este monte santo de oración, que para 1720 el obispo Fernando de Valvidia y Mendoza declara oficial y canónicamente la ermita de Hormigueros como Santuario Nacional de Puerto Rico.
El municipio de Hormigueros se fundó el 1 de junio de 1874. Es el único pueblo de la Isla que surgió en torno a unos milagros atribuidos a la Virgen María y las peregrinaciones que ese acontecimiento generó. El Papa Juan Pablo II elevó el Santuario a Basílica menor el 19 de mayo de 1998.