Hace 15 años nació en nuestro techo un pequeño taller de artesanías que poco a poco fue atrayendo a todo tipo de público, puesto a que no solo encontraban la exhibición de joyería en bambú hecha por “Puffay”. El que llegaba a ese espacio recibía un plato de lo que se estaba cocinando, o un “palo” hecho con china natural, o un postre acabado de hornear por Carmín, mi mamá. Quienes venían a compraruna artesanía terminaban pasando horas en “el taller”, admirando la vista, disfrutando la comida, saboreando un buen trago y hablando de la vida…Fue así como, hace tan solo un año, se oficializó un nuevo concepto ‘turístico-gastronómico’ que se distingue por tratar a la naturaleza muy de cerca. No lo hicimos pensando que se convertiría en lo que es hoy, un lugar tan concurrido y alagado hasta por los expertos en cocina. Creamos este espacio para la gente, que al igual que nosotros, goza de nuestra historia como pueblo y añora la vida del campesino. La vida de la gente de pueblo adentro que se pasaba la vida en la finca y traía a casa lo que se iba a cocinar diariamente. La gente que trabajaba de sol a sol y colgaba en su hombro la cosecha. Las familias que dependían de la agricultura y de la climatología, que decidía en cada temporada si su esfuerzo sería recompensado por el sudor de su frente. Sudor y sacrificio, trabajo duro y continuado que no dejaba espacio para el descanso. Aquí se piensa, se planifica y se trabaja pensando que “El Campo es Leña”.Nombre que lleva este lugar construido por la misma familia, con la ayuda de vecinos y amigos. Donde cada pedazo de madera, mesa, asiento o instrumento ha sido re-utilizado puesto a que se han obtenido de construcciones anteriores o de lo que otras personas tiraron a la basura. Es en nuestra misma finca donde se siembran diversos vegetales, tubérculos y plantas aromáticas según la época, los cuales son utilizados en la elaboración de las pizzas, mojitos y otros platos. En estas tierras se cosecha brócoli, lerenes, cilantrillo, ajíes dulces, culantro, pimientos, tomates, yerba buena, albahaca, parcha, guayaba, chinas, chinas mandarinas, papaya, calabaza, orégano, entre otros. Todos los productos son recolectados diariamente o se les compran a los agricultores del pueblo para luego ser utilizados en nuestra cocina.El lugar ha sido preparado en armonía con la naturaleza, a la vez, tomando en cuenta medidas de seguridad como portones y verjas que rodean el área, de manera que las familias pueden venir con sus niños en total tranquilidad. El frío adjunteño es el mejor aliado, y hasta uno de los atractivos. Las temperaturas son excelentes para tener un abrigo casi en cualquier hora del día, lo que amerita tener el fogón encendido en “El Campo es Leña”.Los leñazos (bebidas parecidas al mojito) y otras bebidas también tienen su peculiaridad puesto a que se utilizan las frutas del patio, como las chinas que son exprimidas al momento para un jugo totalmente natural. Así también, dependiendo la temporada, puedes encontrar “leñazos” preparados al momento con parcha, guayaba, china, fresas y otras frutas. La masa de la pizza se hace en nuestra cocina y se prepara utilizando harina, sal, albahaca, orégano seco, levadura y agua. Se mezclan a mano, se deja reposar por 30 minutos y se amasa nuevamente a mano. Una vez culminado este proceso se mantiene refrigerada (35º F aproximadamente). Todas las masas se preparan diariamente.Para preparar la salsa se recolectan los tomates, albahaca, cilantro y orégano en nuestro huerto casero orgánico, se cocinan los tomates para sacarle la piel y las semillas, se le añade aceite de oliva, ajo y cebollas, se procesa y se mantiene refrigerado.Las pizzas varían de ingredientes “toppings”. Se utiliza pimientos, tomates y cebolla en trozos que anteriormente han sido refrigerados, pero no por más de tres días, lo que los mantiene frescos. Carnes como jamón, tocineta y pollo se cocinan previamente y se mantienen refrigerados, no por más de un día para que se mantengan frescos.El horno en el que se confeccionan las pizzas se fabricó utilizando ladrillos reciclados de un horno de panadería de los años 50. Se utiliza la madera como medio de combustible, tal como se trabajaba en esos años. Este horno tiene la capacidad de aguantar temperaturas extremas, que pueden llegar hasta 880⁰ F. Para preparar nuestras pizzas artesanales, se enciende el horno con madera recolectada por agricultores del área, se retira la masa de la nevera por 30 minutos para que baje la temperatura y sea manejable. Una vez el horno tiene la temperatura de 500⁰ a 600⁰ F, se trabaja la masa nuevamente estirándola hasta llegar de 16” a 20” diámetro. Se le añaden los ingredientes y su tiempo de cocción es de dos a tres minutos. Una vez está lista ser sirve en plato de aluminio y se pica en ocho pedazos.Nosotros no inventamos la pizza, ni el fogón, ni los mojitos, ni la leña… pero hay un ingrediente que le agrega a cada plato o bebida un toque especial… se llama HUMILDAD. Y la servimos a todas y cada una de las personas que aquí se presentan…