Después de experimentar con un pequeño kiosco de refrescos y jugos por un año, resolvimos en el 1992 llevar a cabo un café que sirviera almuerzos de comida criolla y preparada solo con productos frescos y de la manera como lo hacían las abuelas en la cocina tradicional de Puerto Rico, de esta manera aparecieron el arroz al caldero, las habichuelas guisadas con sofrito y recao de la casa, los tostones, mofongos y aguacates rellenos. Utilizando este mismo principio desarrollamos el servicio de jugos y algunas mezclas creadas por nosotros y que reafirman que nuestros productos son realmente naturales y muy tropicales.