En Punta Guaniquilla encontramos uno de los lugares más extraordinarios de todo Puerto Rico: el paisaje de rocas en el agua de su laguna, que bien podría parecer sacado de otro planeta.
El acceso principal del área sirve para dejar atrás el típico ruido de la actividad humana en las playas, dando paso a los delicados ecosistemas marítimo-terrestres de esta reserva natural. Entre estos predomina el bosque seco, junto a pastizales, salitrales, mangles y la imponente Laguna Guaniquilla, que sirve de importante refugio para aves migratorias protegidas tanto a nivel local como a nivel federal, y que visitan el área cada invierno desde lugares tan lejanos como la tundra canadiense.